26 Ago El Dragón Tentetieso
El dragón tentetieso no tiene pies por naturaleza, aunque sí mucha cabeza. Al principio le cuesta adaptarse pero pronto comienza a “caminar” por la vida con aire despreocupado y valiente. Si frecuenta lugares con muchas entradas y salidas, se lleva muchos portazos. Pero siempre queda de pie.
Si algún gracioso le patea su pequeño cuerpo, vuelve a sostenerse tras muchos zarandeos, durante los cuales piensa solamente en no ceder, en no caer.
Si al llegar al borde de un altillo, alguien lo empuja, piensa en su mamá con los ojos cerrados en el trayecto hacia el suelo. De esa forma se le hace más ameno el impacto.
Cuando logra un trabajo como juguete de niño o niña, se encomienda a todos los dioses de los muñecos para durar lo más posible levantado. En pocas ocasiones lo consigue. Los dioses deben estar muy ocupados, piensa entonces.
Si hay tormenta, se balancea cantarín hasta que pasa.
Cuando le gritan, detiene su baile pendular para desesperar al energúmeno o energúmena de turno.
Si un vendaval se lo lleva, intenta disfrutar del paisaje hasta que cae, cómo no, de pie.
¿Y tú? ¿Llevas dentro un dragón tentetieso? ¿O tan solo esperas sentado a que salga el sol?
Rubén Gómez nacarino
Posted at 14:19h, 01 octubreEs creación tuya?me encanta
Chesku Jimenez Andrade-Saquete
Posted at 16:22h, 05 octubreHola Rubén! Los textos son míos sí! Las ilustraciones de un compañero. Gracias por tu comentario! Espero que te vaya todo genial! un abrazo