Otros Lugares
SUBVERSIÓN - Filtirés
17641
post-template-default,single,single-post,postid-17641,single-format-standard,theme-bridge,bridge-core-1.0.6,woocommerce-no-js,ajax_fade,page_not_loaded,,qode-title-hidden,side_area_uncovered_from_content,columns-3,qode-theme-ver-18.2,qode-theme-bridge,qode_header_in_grid,wpb-js-composer js-comp-ver-6.0.5,vc_responsive

SUBVERSIÓN

Trastocar, dar la vuelta. Destruir lo establecido, ser libre para decir, unirse contra el poder, lo injusto o la opresión de los nadies. Ser conscientes de la mordaza para atravesarla. Luchar contra el pensamiento único. Sin miedo escénico. Presente en todos los idiomas, habita bajo la piel de héroes y heroínas, se nutre de la luz tenue cenital o del más antiguo y terrorífico baile de máscaras.   

 

El Teatro es, ha sido y será siempre una herramienta de transformación social. La censura ejercida por la Iglesia y por gobernantes deseosos de controlar los impulsos del pueblo (no vaya a ser que se subleve) ha sido y es la gran enemiga del arte en todas sus manifestaciones. En el caso que nos ocupa ha amenazado los argumentos teatrales en muchos momentos de la historia.

La censura ha sido un mecanismo presente en el día a día teatral no sólo en el franquismo, sino también durante la II República, la guerra civil (ejercida por ambos bandos) e incluso la transición.

Desde los primeros años de la dictadura hasta 1978, los textos teatrales que las compañías querían representar debían someterse a los miembros de la Junta de Censura de Obras Teatrales. El arte teatral, a diferencia del cine, fue el más perseguido por los censores franquistas dado su potencial subversivo a la hora de dirigirse a un público colectivo. Aunque autores próximos a las ideas franquistas tampoco se libraron de la censura. Por ejemplo Jardiel Poncela, cuyas obras Madre, el drama padre, Las cinco advertencias de Satanás y  Usted tiene ojos de mujer fatal, tuvieron que pasar por el implacable corrector de turno. Gonzalo Torrente Ballester, máximo ideólogo del teatro falangista, también tuvo problemas en este sentido.

Chesku Jimenez Andrade-Saquete
chesku.jimenez@gmail.com
No Comments

Post A Comment