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Las Pelusas - Filtirés
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Las Pelusas

La casa no se barría desde hacía días. Empezó por el salón, siguió por la cocina y la entrada. Después, las habitaciones y los baños. Observó el salón y las pelusas volvieron. En la cocina divisó unas cuantas. Repitió el trabajo en el salón, en la cocina y en la entrada. Volvió a las habitaciones y una vez más, las observó burlonas; también volvieron a los baños y a la entrada. Segundo repaso.
De nuevo miró al salón y de nuevo pelusas gigantes llenaban la estancia. Miró hacia la cocina y allí estaban, multiplicadas.
Tercer repaso.
A punto de guardar el cepillo, el hombre miró por el rabillo del ojo como decenas de esas malditas pelusas llenaban otra vez el salón.
No hubo cuarto repaso.
Con un mechero prendió las pelusas del salón, las de la cocina y las de la entrada. En las habitaciones, prendió las que se repartían por el suelo. Hizo lo mismo en los baños.
Ya no había pelusas ni salón. Ya no había pelusas, ni cocina, ni entrada. Ya no había pelusas en las habitaciones, ya no había habitaciones. Nunca más hubo pelusas en los baños, nunca más hubo baños…
…ni hombre.

Chesku Jimenez Andrade-Saquete
chesku.jimenez@gmail.com
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